Las Danzas Sagradas Circulares son un hermoso regalo para el alma,una caricia al corazón, un alimento para nuestro ser corporal. Siempre están vibrando aquí y allá, dándonos la oportunidad de celebrar la vida y la magia que nos envuelve cada vez que somos parte del círculo. Su centro es un corazón que pulsa vida, que irradia luz... Con cada latido, su resplandor crece, sostenido por nuestra propia luminosidad...

lunes, 24 de abril de 2017


Historias que asoman por detrás de las Danzas Circulares del Mundo…

¡Cómo disfruto las danzas cuando mi cuerpo y mi corazón captan esas sutilezas que les dan identidad y me llevan a través del tiempo-espacio, hacia horizontes llenos de historias, músicas, ritmos y colores!

Y cuando esto ocurre… soy capaz de mi propia transformación; mi identidad se transmuta y me vuelvo sentimiento profundo, con corazón de danza, con movimientos y pausas… con miles de ritmos y figuras, que despiertan alguna historia ancestral de su largo sueño de espacio-tiempo. Y así, esas identidades danzan y se vuelven visibles también para quienes comparten conmigo la ronda.
Luego… la magia amorosa toca los corazones en todo el círculo y nos abraza muy redondito!!!

Las Danzas Circulares del Mundo nos regalan con sus músicas y coreografías, esas sutilezas que nos cuentan sobre historias, costumbres, paisajes y geografías coloridas que inspiraron a quienes las diseñaron y las compartieron a través de los tiempos.

Esas historias que asoman apenas, por detrás de las danzas, nos revelan -tal vez- mundos distantes en tiempo y espacio pero que, al bailarlas, nos acercan con el corazón al corazón de otros pueblos, desplegando ante nuestra conciencia, sus culturas, sus creencias y sus sentimientos.

Es una conexión casi mágica que nos da la oportunidad de "Conocer", y al conocer, podemos "Comprender" y al comprender... nuestra mente y nuestro corazón se vuelven UNO, consolidando nuestros vínculos amorosamente.

 Y...
¿Qué necesitamos para transmitirlas y honrarlas?
Necesitamos corazón... Necesitamos sentirlas en cuerpo y en alma hasta vibrar con el ellas en sintonía, para darles vida en nuestro ser y hacer posible que puedan expresar su identidad, a través de nuestros movimientos y nuestras sutilezas de ritmos y de pausas.