Las Danzas Sagradas Circulares son un hermoso regalo para el alma,una caricia al corazón, un alimento para nuestro ser corporal. Siempre están vibrando aquí y allá, dándonos la oportunidad de celebrar la vida y la magia que nos envuelve cada vez que somos parte del círculo. Su centro es un corazón que pulsa vida, que irradia luz... Con cada latido, su resplandor crece, sostenido por nuestra propia luminosidad...

miércoles, 8 de mayo de 2019

Dancemos!!! 


La danza es armonía expresada con el cuerpo y el corazón; es cadencia y ritmo; es la búsqueda constante del equilibrio, y también su hallazgo... Es sentimiento en acción y conexión con esa fuerza infinita que todo lo impregna; es inspiración y creación.
La vida está llena de ritmos que nos alcanzan, nos abrazan, nos impulsan, inspirando nuestros movimientos y nuestras pausas... La vida pulsa constantemente entre la acción y la quietud, entre el sonido y el silencio, entre el vacío y la plenitud, como lo hace la danza.
La vida es rítmica y nuestros ritmos la acompañan danzando al compás del tiempo.
Los ritmos marcan los vaivenes vitales de la Creación y de ellos nace la gran unidad de ritmos que -en armonía infinita- trasciende las individualidades.
La fuerza vital en su máxima expresión es una síntesis de todos los ritmos de cada pequeña partícula del Universo.
Dancemos!!! entonces, descubramos lo sutil en cada movimiento, en cada figura diseñada al bailar. Dejemos que el "Groove" crezca dentro nuestro y que la percepción rítmica se exprese a través de nuestra corporalidad, que nos haga mover y se transforme en danza.


Comparto aquí, unas palabras de Cayetano Arroyo, que vibraron en mi corazón apenas las leí...
"Aquél que danza se olvida de sí para ser el ritmo. Danza, poeta de la vida. La melodía la ponen las circunstancias y tu cuerpo es una caña al compás del viento de las estrellas. Danza, olvídate de tu nombre para unirte al Gran Nombre que todo lo explica con el silencio. Gira... Gira..." (de "Aquél que danza" -Cayetano Arroyo)