Las Danzas Sagradas Circulares son un hermoso regalo para el alma,una caricia al corazón, un alimento para nuestro ser corporal. Siempre están vibrando aquí y allá, dándonos la oportunidad de celebrar la vida y la magia que nos envuelve cada vez que somos parte del círculo. Su centro es un corazón que pulsa vida, que irradia luz... Con cada latido, su resplandor crece, sostenido por nuestra propia luminosidad...

lunes, 3 de diciembre de 2018


Las sutilezas de las Danzas Circulares

En las danzas circulares, no es sólo la alegría de danzar lo que me convoca, sino esos aspectos sutiles que me llevan a una conexión profunda con las identidades de todas las culturas… esos aspectos de la diversidad musical, rítmica y sonora y la hermandad instrumental y coreográfica que se revela con cada danza.

Como al revelar una fotografía, lo sutil se va mostrando con suavidad, poco a poco, al danzar una y otra vez, al permitir que los oídos y ojos del alma y  nuestra capacidad senso-perceptiva, vayan captando la profundidad, lo visible y lo invisible, lo que vibra en cada música, en cada danza, en cada modo de mover nuestro cuerpo, en cada modo de hacer las pausas.

El espíritu de las danzas me acompaña desde mi niñez; a lo largo del camino, ellas me han convocado desde su diversidad de estilos, desde su diversidad expresiva, sentida y creativa; desde aquellas sutilezas que le dan identidad.

Muchas veces me pregunté de dónde me llegaba esa comprensión corporal de las danzas de tan distantes orígenes; qué ocurría con mis células que parecían despertar memorias lejanas en el tiempo y en el espacio; qué pasaba en mi cabeza, que parecía entrar en pausa de pensamientos, dejando más espacio al mundo de la sensibilidad y la percepción.

Y sentí que mi conciencia comenzaba a despertar de un extraño sueño que me permitía esa maravillosa conexión con el anhelo de Bernard Woisin de rescatar y honrar a través de sus danzas, la memoria de los pueblos y sus culturas. Y sentí el impulso de ser un nexo, para que se conozcan, se dancen y se sientan en el cuerpo y en el corazón.

Al bailar lo ancestral, una parte de mi ser recorre infinitas geografías, multiplicidad de relieves, de climas, de historias de vida.

Mi espíritu curioso, siempre me inspiró a hurgar en los rincones, los visibles y los invisibles; a encontrar conexiones; a dejar que mi capacidad de asombro siempre conserve su frescura y vitalidad; a descubrir y descubrirme a través de cada hallazgo.

Y así, las Danzas Circulares despertaron mi fuerza inspiradora para recorrer el camino transpersonal de estas danzas sagradas, para ser una tejedora más de esta trama luminosa, junto a otros seres que han sentido este mismo llamado.

Cada uno de nosotros, cada ser que desde su corazón inicia este camino de transmisión de las danzas circulares del mundo, que siente este llamado ancestral para transmitir la herencia cultural de todos los pueblos, asume también la responsabilidad de poner al servicio de ellas toda su sensibilidad, su respeto y su corazón, para ser fiel transmisor del espíritu que dio vida a este maravilloso movimiento danzante.