Este proyecto es parte de una búsqueda personal, de aquello que despertó en mi corazón con el nacimiento de las nuevas generaciones familiares y que me inspiró a buscar en las músicas e historias de las "nanas", o canciones de cuna, o lullabies, o berceuses, o canções de ninar, o ninne nanne, o ninniler...-y otras muchas formas lingüísticas de nombrarlas- los lazos que van tejiendo esa trama que reúne rituales de todas las culturas de la humanidad a través del tiempo.
Siento que de algún modo, las canciones de cuna del mundo mantienen viva la
luz de las tradiciones, cantadas por las madres a sus hijos, o las abuelas y
abuelos, o los padres... Son un modo de honrar la vida, de honrar a los
ancestros con profundo amor, transmitiendo esos sentimientos de corazón a
corazón, a los bebés y a los niños que las escuchan. Sus músicas y sus palabras
se transforman en mantras que acarician el alma de quienes las escuchan,
percibiendo su vibración más allá de la razón. Cuando al pasar de los tiempos, las músicas son
escuchadas por seres ya adultos, las canciones de cuna manifiestan su poder de
evocar ese amor, de re-cordar, de pasar nuevamente por el corazón esas
memorias…
Cuando escuché por primera vez esta canción de cuna azerí, cantada por Azam Ali, me conmovió más allá de las palabras que, aún
sin conocer el idioma (azerí), llegaron a mi corazón y pusieron en movimiento
a mis pies, mi cuerpo, a todo mi ser, poniendo pasos a esos sentimientos, evocando
los ancestros de una cultura, que aunque lejana en la distancia física, vibró
cercana en mi corazón.
Es el lenguaje de la música y la danza el que
trasciende fronteras, el que se vuelve infinito y nos abraza a todos por igual,
por encima de nuestras identidades individuales, nuestras etnias, religiones,
culturas o geografías de residencia.
Esta danza se baila
con pasos muy chiquitos, como acariciando la tierra, procurando sostener
en un círculo abierto, la forma de una medialuna (uno de los símbolos de las
culturas musulmanas) danzando bien juntos, sustentando la cohesión del
grupo.
Al danzar esta música, siento que mi alma se pone
de rodillas para honrar la vida y nuestra maravillosa diversidad.