Las danzas circulares sagradas tienen ese algo especial que nos hace extrañarlas cuando no danzamos...
Cada encuentro de Danzas Circulares Sagradas nos da la oportunidad de darnos las manos, mirarnos a los ojos, sonreír, danzar y disfrutar, expandiendo la luz que nace de la sintonía de nuestros corazones danzantes; nos da la oportunidad de experimentar esa magia luminosa que sana cuerpo y alma y nos hace vibrar con alegría y vitalidad.
Todos los años -en el mes de Julio- muchas almas nos reunimos alrededor del planeta para danzar y recordar que somos una gran familia, que trasciende fronteras y geografías, construyendo puentes, uniendo múltiples culturas, etnias, creencias y tejiendo una trama sutil y luminosa que nos reúne y nos abraza amorosamente en nuestra maravillosa diversidad, manifestando PAZ, UNIDAD y AMOR.